Os quiero contar mí historia, la mía y la de Luna que es sin duda, la verdadera protagonista. Me hice casa de acogida de perros en un momento en donde necesitaba recibir amor del bueno, porque del malo ya había recibido de sobra. Me puse en contacto con una protectora y fue todo muy rápido, necesitaron a los pocos días que una pequeña podenca de tres años de edad se fuera a una casa de acogida porque después de una adopción de dos años, sus dueños ya no la querían, y desde la protectora se recalcó lo importante que era que la perrita no pasará por los cheniles(jaulas) de la protectora. El día 1 de Marzo llegó Luna a mi casa, asustada y muy triste exactamente como me sentía yo.
Empecé a adaptarme a las nuevas rutinas de tener una perrita a tú cargo, yo siempre me comunicaba con llamémosla X que es la responsable de la protectora en cuestión y la iba consultando las dudas. A los pocos días de estar con Luna, me dijeron que tenía adoptante mis propios miedos y mis inseguridades no me permitieron decir que yo quería quedarmela y desde la protectora nunca me preguntaron. El 13 de Marzo, se anuncia el estado de alarma en el país, una pandemia mundial amenaza al mundo entero.Luna y yo nos quedamos en casa de mis padres por que nos pilla allí. En ese momento, ya somos inseparables. Luna se adaptó a vivir en una casa más grande con más personas y encima, recibió constantemente muestras de cariño, ella era feliz y nos hacía felices a los demás. A finales del mes de Marzo,manifiesto a X mi deseo de quedarme con Luna aludiendo que esta perfectamente integrada y que el confinamiento ha hecho que estemos mucho más unidas, no es posible según ella porque los adoptantes ya han pagado el donativo a lo que yo le comento que no habría ningún problema en pagarlo ese mismo día y me vuelve a reiterar que aún siendo una situación tan excepcional, no tengo ninguna opción.
Durante el mes de Abril vuelvo hacer la misma petición y la respuesta es la misma, lo único que esta vez si me entero que en la protectora hay otra podenca en adopción que podría ser del gusto de los adoptantes, pero X se sigue negando a la posibilidad de ofrecer esa solución a los adoptantes. A finales de Mayo, mando una carta a la protectora a lo que X me manda un audio de WhatsApp para decir: "No va a poder ser, además te iba a llamar porque Luna viaja el día 1 de Junio, lunes a Holanda" ¿Se me avisa un sábado de que la perra viajara el Lunes siguiente?. El dolor que sentí en ese momento fue muy intenso. Me volví a trasladar a casa de mis padres para poder hacer la entrega más acompañada y le comento a X mi malestar por no velar por el bienestar de Luna. El último día con Luna no nos separamos, estuvimos paseando por donde más le gustaba y estuvimos piel con pelo todo el día. La protectora solo se manifiesta para decir a que hora llega un compañero a recoger a Luna.
La entrega fue muy dolorosa para ella y para mí y para los miembros de mi familia. Tal es así, que la perra se revela a que la cojan pero no tiene más remedio que ceder.
El día 2 pregunto en el grupo de familias adoptantes y acogidas si los perros han llegado bien y la respuesta de X es eliminarme del grupo "por mí manera de actuar" y decir que la información la dará ella como y cuando ella decida.
Lo que no me cuenta X, es que finalmente Luna está en los cheniles de la protectora de Holanda desde el Martes 2 que llegó, hasta el Viernes día 5 de junio que la fue a buscar su adoptante, un sufrimiento innecesario para una perrita que ha estado dos años y tres meses de su vida en casas, y no está acostumbrada a compartir su espacio con más perros.
Soy consciente de la gran labor que hacen las protectoras y las personas voluntarias que trabajan en ellas, no pongo en duda que la labor con los animales es producto del amor que sienten hacia ellos he querido contar mí experiencia porque sin duda es una historia injusta, donde me consta que no se me dio la opción de quedarme con Luna, tal vez por mantener la buenas relaciones entre las protectoras, por algo personal o por lo que sea, aquí como digo la protagonista de la historia no era yo, era y será siempre Luna.
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