Me apetece escribir un post un poco más personal de lo habitual y es por ello que quiero compartir con vosotros mi experiencia este año en el Camino. Y digo, este año ya que llevo haciendo el Camino de Santiago durante seis años y este en particular cobraba especial importancia al venir mi compañero de viaje, en perfecto estado de salud: mi padre.
Nuestro itinerario de viaje, de Tui a Santiago cubriendo así 119 kilometros divididos en seis etapas que ampliamos según nuestro gusto. Nos hemos encontrado un Camino, feo en algunas partes poco señalizado o confuso, mucho trayecto por carretera con el riesgo que eso tiene para los peregrinos que andamos por el arcén. Pero muchos paisajes preciosos, una comida excelente y unas personas muy amables y simpáticas que nos han ayudado y nos han aconsejado en todo momento.
Quiero hacer incapíe en una persona en concreto que nos trato especialmente mal y fue especialmente poco empática que por la profesión que tiene es probable que os podáis encontrar en la misma situación que nos encontramos nosotros.
Os cuento: El primer día que empezamos la aventura, 12 de Junio me picaron unos bichos, desconocemos que tipo de bicho en concreto pero iban saliendo habones muy rojos y en ocasiones el centro era una ampolla. Como el picor era muy fuerte cuando llegamos a Pontevedra, pensamos en ir a un centro de salud y elegimos el más cercano al albergue que fue el centro de salud a parda, Rúa Gaiteiro Ricardo Portela, 0.
Allí nos atendio una médico con una persona de practicas que iba escribiendo todo lo que les respondía, al preguntarme que estaba tomando le comente que un antiestaminico y una crema con corticoides me dijo que esa medicación era la correcta, le comente que aun siendo la correcta no encontraba mejoría y que si podía mandarme algo más fuerte, se negó en rotundo y dijo "los habones te siguen saliendo por que en todos los albergues del Camino hay chinches". Ante mi sorpresa al escuchar tal estupidez señaló que aunque todo lo que estaba haciendo lo estaba haciendo correctamente, no me iba a poner una medicación más fuerte por que NO. La poca delicadeza, la poca ayuda, la poca empatía y el respeto que mostró esta médico, merece sin duda que haga un post sobre su trato, ya que seguramente esa ayuda que no me dio, no queda reflejada en ningun párrafo de su código deontológico.
Acudí momentos después a una farmacia de la zona que se quedo muy sorprendida por no haberme recetado un inyectable que hubiera solucionado tajantemente el problema. Como en la vida, en el Camino también te encuentras con personas "grises" que no ayudan aunque su profesión sea precisamente para eso.
Señora Doctora: Ni en todos los albergues hay bichos ni todos me tienen que picar a mí.Gracias por su antipatía y por su no ayuda, no consiguió ni conseguirá que deje de hacer El Camino.
Un viaje de superación y de admiración por el compañero de viaje que siempre va conmigo y que me sostiene cuando me viene la desilusión o el desanimo: MI PADRE.
*Foto de Google
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